Pesadilla desde el inicio

El encuentro no pudo comenzar peor para un Barça que saltó al césped completamente dormido. A los 15 minutos ya se veía por detrás en el marcador, tras un penalti muy discutido cometido por Ronald Araújo sobre un atacante sevillista, que Alexis transformó con frialdad. Para ese momento, Gerard Martín ya había sido amonestado por cortar un contragolpe peligroso del conjunto andaluz. Sin control ni claridad en la posesión, los azulgranas fueron incapaces de reaccionar ante un rival que crecía arropado por su público. El inicio no pudo ser más decepcionante para Flick, que trató de cambiar el rumbo introduciendo ajustes tácticos. Antes del minuto 20, el técnico alemán movió piezas: Marcus Rashford pasó a la izquierda y Ferran Torres a la derecha. Sin embargo, los cambios apenas surtieron efecto, y el Barça continuó espeso y superado por la intensidad del Sevilla.

Un Sevilla eléctrico y demoledor

El conjunto local dispuso de varias oportunidades claras para ampliar la ventaja. Carmona e Isaac lo intentaron, y este último tuvo la más clara en el minuto 27, pero Szczesny evitó el tanto con una parada soberbia. Un minuto después, el chileno volvió a exigir al portero polaco, esta vez con un disparo cruzado. En el 34, Isaac se plantó solo frente al guardameta, aunque su falta de precisión dio oxígeno al Barça. El delantero sevillista pudo irse al descanso con un hat-trick si hubiera estado más acertado, pero finalmente tuvo premio. Con un Sevilla bien ordenado y solidario en la presión, llegó el segundo gol tras un contragolpe perfecto iniciado por Vargas y culminado por Isaac Romero. En el tiempo añadido, los de Nervión estuvieron muy cerca de sentenciar con el tercer tanto. Sin embargo, el fútbol siempre guarda sorpresas. Cuando parecía que el Barça se marchaba al vestuario sin respuestas, Rashford apareció para conectar un magnífico remate a centro de Pedri y reducir la desventaja antes del descanso.

Una reacción que no alcanzó

Durante el entretiempo, Flick movió nuevamente el banquillo e hizo calentar a Balde y Eric García. Los ajustes dieron algo más de estabilidad al equipo, que empezó a mostrarse más sólido, aunque el Sevilla continuaba generando peligro. No fue hasta el minuto 70 cuando el Barça comenzó su asedio en busca del empate. Entonces, Adnan Januzaj, recién ingresado, cometió un penalti sobre Alejandro Balde. Robert Lewandowski asumió la responsabilidad, pero falló el lanzamiento. El polaco desperdició una ocasión clarísima que pudo haber cambiado el rumbo del partido y devuelto al Barça a la lucha por el liderato. Ese error dio alas a un Sevilla que se sintió aún más fuerte y decidido a cerrar el duelo.

Desbordados y sin alma

En el minuto 81, Roony Bardghji dispuso de la más clara para empatar: encaró solo a Odysseas, pero inexplicablemente disparó al cuerpo del portero. En el tramo final, el Barça buscó desesperadamente el gol, colgando balones al área sin éxito. En el 87, Akor Adams marcó el que parecía el 3-1, pero el tanto fue anulado por fuera de juego. Sin embargo, el Sevilla no bajó los brazos. En el minuto 90, José Ángel Carmona firmó el tercer gol con un potente derechazo imposible para Szczesny. Y, ya en el descuento, Akor Adams aprovechó un contragolpe fulminante para poner el 4-1 definitivo y cerrar una noche histórica en el Pizjuán.

Derrota dolorosa y muchas dudas

El Barça se marchó humillado de Sevilla en uno de los encuentros más flojos de la era Flick. El equipo perdió la precisión que solía caracterizarlo y nunca mostró firmeza, pese a haber tenido dos ocasiones muy claras —una de Lewandowski y otra de Bardghji— para igualar el marcador en uno de los estadios más complicados de LaLiga. Tras la caída frente al Paris Saint-Germain, los azulgranas acumulan su segunda derrota consecutiva, justo antes de un parón de selecciones que se presenta como una oportunidad vital para reconducir el rumbo y recuperar sensaciones.