Solo Courtois camina al lado de un Madrid que fracasa en Anfield

Courtois, motivado contra la Premier

Guillem Balagué, una de las voces más respetadas del fútbol inglés, contaba durante otra visita del Real Madrid a Anfield que Thibaut Courtois siente una motivación especial cuando se enfrenta a equipos de la Premier League. Todo se remonta a la final de 2022, cuando en Inglaterra se aseguraba que Alisson era mejor que él. No hace falta recordar lo que vino después: una actuación legendaria que dio una Champions League al Madrid y que dejó al portero con una frase que aún resuena: "¿Qué dirán ahora en Inglaterra?". Esta vez, sin embargo, los ingleses lograron finalmente derribarlo. Mac Allister fue el encargado de romper la resistencia, tras someter al guardameta a todo tipo de pruebas y mantener con vida a un Madrid que apenas mostró signos de su mejor versión. Los planteamientos de Xabi Alonso no surtieron efecto y, como tantas noches europeas, el conjunto blanco se encomendó a las individualidades. Pero solo una respondió: la de Courtois, que evitó una catástrofe mayor y logró maquillar un resultado que pudo ser escandaloso. A pesar de las dudas del Liverpool en otras noches, esta vez respondió con precisión quirúrgica.

Courtois y el VAR salvan al Madrid

El partido arrancó con Vinicius intentando imprimir ritmo y energía al equipo, pero pronto Bradley lo neutralizó por completo. Más allá de los análisis tácticos, el encuentro demostró una vez más que en el fútbol los que marcan la diferencia son jugadores como Courtois. El portero belga volvió a confirmar por qué lleva años siendo el mejor en su posición. Solo él fue capaz de colocarse en el lugar exacto para evitar que el Madrid se desmoronara antes del descanso y en el tramo final del duelo. Los intentos de Bellingham y Güler entre líneas no encontraron respuesta en un Mbappé desaparecido, mientras que Courtois firmaba tres intervenciones de otro planeta. La más espectacular, una mano imposible ante un disparo letal de Szoboszlai. El guardameta completó su recital con otra parada prodigiosa frente a Mac Allister. Antes, el árbitro Istvan Kovacs había protagonizado una acción polémica tras revisar en el VAR una mano de Tchouaméni dentro del área en el minuto 33. El balón impactó claramente en su brazo, aunque este estaba pegado al cuerpo. La jugada quedó en esa zona gris del reglamento y, tras la interpretación de las imágenes, el Madrid salió indemne. Tchouaméni se marchó sonriente, sabiendo que había esquivado el castigo.

Mac Allister derriba el muro

El segundo tiempo empezó con el mismo guion. Cuanto más le atacaban, más se agrandaba Courtois. Parecía un villano de caricatura que siempre regresa para frustrar a sus rivales, desquiciando a un Liverpool que merecía más. El húngaro Szoboszlai fue uno de los que más lo intentó, pero el belga respondió una y otra vez, incluso en jugadas aéreas donde también brilló. Ni el fichaje millonario Ekitike, ni el imponente Van Dijk pudieron batirlo. El Madrid, por su parte, se fue diluyendo. Solo Valverde sostuvo al equipo en el intercambio de golpes, mientras que Carreras vivió una dura lección enfrentándose a Salah. El conjunto blanco jugó con fuego, concediendo espacios por todos lados y defendiendo con inseguridad. En medio del desconcierto, Xabi Alonso decidió mover a Güler a la derecha, perdiendo así el poco control que su equipo tenía. El castigo llegó a balón parado: Mac Allister aprovechó una nueva descoordinación defensiva para firmar el 1-0 definitivo. El Madrid volvió a mostrar sus carencias en las jugadas de estrategia: le cuesta crear peligro y aún más defenderlo. Esta vez, ni siquiera el muro Courtois pudo evitar que la historia se escribiera en contra.