El momento de Koundé es cosa de Brujas

El defensor francés sigue sin mostrar la versión que deslumbró la pasada temporada. Aquel jugador que se consolidó en el lateral derecho, con un físico imponente y autor del gol in extremis que le dio al equipo la Copa del Rey, parece haber quedado atrás. Algo no marcha bien. Su bajo rendimiento se repitió en tierras belgas, donde volvió a firmar un partido lleno de dudas y errores.

Un inicio cuesta arriba

El encuentro comenzó de manera torcida para Koundé. Fue él quien rompió la línea defensiva al tirar el fuera de juego y, con ello, permitió que Tresoldi batiera por bajo a un Szczesny que tampoco estuvo afortunado, apenas a los ocho minutos de juego. El mal momento del francés es el reflejo de una zaga que no termina de encontrarse desde la salida de Iñigo Martínez en el pasado mercado de verano. Una decisión que cada vez parece más desacertada, pues el jugador vasco aportaba el equilibrio necesario a un sistema de Hansi Flick que, sin él, se tambalea. Cuando todos los engranajes encajan, el planteamiento es brillante; pero cuando faltan piezas clave, el riesgo se multiplica.

Amago de lesión y una amarilla

Por si fuera poco, Koundé tampoco tuvo fortuna en ataque. En la recta final del primer tiempo estrelló un potente disparo en el travesaño, un gol que habría supuesto una mínima redención. Sin embargo, el guardameta local Nordin Jackers estiró los guantes y desvió el balón con una mano salvadora. En lo físico, tampoco se le vio bien. Antes del descanso se dejó caer al suelo con signos de molestias, aunque tras unos segundos se reincorporó y comenzó la segunda mitad. Pocos minutos después, cometió una falta sobre Tzolis que le valió una tarjeta amarilla y condicionó aún más su actuación.

Un intento constante sin recompensa

A pesar de todo, hay que reconocerle su esfuerzo. El parisino siguió buscando incorporarse al ataque con insistencia. En una de esas acciones, su centro no encontró rematador y las cámaras captaron a un Koundé visiblemente frustrado, levantando los brazos y negando con la cabeza. Koundé no atraviesa su mejor momento, y seguramente sea el primero en notarlo. Su nivel del año pasado fue tan alto que nadie podía anticipar este bajón. Sus tres últimos partidos han dejado una sensación preocupante, tanto en el cuerpo técnico como en la afición.