A la espera del mejor Koundé para relanzar al Barça de Hansi Flick

El defensa francés, clave en el esquema del técnico alemán por su despliegue físico, su capacidad para sumarse al ataque y su fiabilidad defensiva, todavía no ha recuperado esa versión que lo convirtió en una pieza indispensable para el equipo. El lateral derecho azulgrana se caracteriza por su potencia, su habilidad para recorrer toda la banda y su buena conexión con Lamine Yamal —otro jugador que tampoco atraviesa su mejor momento—. Además, Koundé ha demostrado tener llegada al área rival, como en la final de la Copa del Rey del curso pasado, donde marcó un gol decisivo que acabó siendo clave para levantar el título.

Un rendimiento condicionado por molestias físicas

En el Santiago Bernabéu, Koundé disputó el Clásico mermado físicamente, con molestias en el gemelo que incluso pusieron en duda su participación. Esa limitación se reflejó en su actuación: Vinicius logró superarlo con frecuencia y, además, no encontró demasiado apoyo en una defensa que, desde la marcha de Iñigo Martínez al fútbol árabe, no ha vuelto a mostrar la misma solidez. En ataque, el parisino tuvo una ocasión muy clara tras una gran asistencia de Lamine, pero no logró concretarla. En plenitud de condiciones, probablemente esa acción habría terminado en gol. Ya unos días antes, en el derbi ante el Girona, Koundé había mostrado signos de inseguridad poco habituales en él, ofreciendo una sensación de falta de confianza que contrastaba con su habitual firmeza.

Un rendimiento por debajo del nivel esperado

Sea por cuestiones físicas o por las dificultades estructurales que atraviesa el Barça, lo cierto es que Koundé está lejos de su mejor versión. El equipo necesita recuperar al jugador que la temporada pasada aportó 4 goles y 8 asistencias, además de una gran consistencia defensiva desde el lateral derecho.

Los números confirman el bajón

Las estadísticas respaldan esa sensación de bajón en el rendimiento. En la construcción del juego, por ejemplo, la media de intervenciones de Koundé en LaLiga ha pasado de 79 por partido el año pasado a 65,9 en la actual. También ha disminuido su promedio de pases precisos, de 50 a 43,6. En el apartado defensivo, los datos también reflejan una ligera caída. La temporada pasada recuperaba una media de 3,3 balones por encuentro, mientras que ahora se queda en 2,3. En despejes, ha pasado de 1,8 a 1,4 por partido. Aunque las diferencias no son abismales, sí ayudan a explicar por qué su impacto ha sido menor.

Un inicio irregular y un mensaje implícito

La actual campaña, la cuarta de Koundé como azulgrana, prometía mucho tras su renovación hasta 2030, un acuerdo que se interpretó como un voto de confianza del club y un estímulo para el jugador. Sin embargo, el francés comenzó el curso como suplente en los dos primeros compromisos ligueros, ante Mallorca y Levante, en favor de un Eric García que cumplió con nota en esa posición. Quizás aquel detalle fue una señal temprana de que el técnico esperaba más de él, una advertencia que en su momento pasó inadvertida, pero que hoy cobra especial relevancia en un Barça que necesita, más que nunca, volver a contar con su mejor versión.